Sí se puede salir del infierno de las drogas
Eduardo Gamboa regresó desde el infierno de la indigencia, y hoy es un pilar en la ayuda de quienes están atrapados en la adicción.
Una década y media de sobriedad hacen de Eduardo Gamboa un hombre feliz y que recobró lo más importante en su vida, el amor de su familia.
Querer es poder, y Eduardo Gamboa lo demostró luego de 32 años de adicción, 17 de los cuales los vivió en indigencia, en los peores escenarios josefinos, hasta que un día alguien le vendió la idea de que salir de aquel infierno era posible, y lo más importante, él compró esa idea e inició su proceso de recuperación.
“Yo empecé en el dormitorio público que abrió Johnny Araya en San José, donde duermen 108 personas, y cuyo fin era que los indigentes no amaneciéramos en las calles y portones de los comercios josefinos. Ahí no se podía llegar drogado ni alcoholizado. Ahí me volví a sentir como un ser humano bañándome antes de acostarme, comer antes de irme a dormir sin tener que ir a buscar un estañón de basura, que era lo que hacía antes”.
Luego de dos años, de ahí pasó al Hogar Coronado, donde le abrieron la puerta y aprovechó la oportunidad. “Ahí me tuvieron dos meses interno, luego en un proyecto de casa media, haciendo los jardines y mandados, y tiempo después me mandaron a la UCR donde recibí cursos y me gradué como consejero en adicciones”.
Gamboa afirma que la recuperación es muy difícil y requiere mucha fuerza de voluntad, pero sobre todo la conciencia de querer volver a sentirse como un ser humano útil dentro de la sociedad. Asegura que hasta dos años después de estar en el Hogar, empezó a sentirse seguro de no recaer: “al principio me mandaban a hacer mandados y me temblaban los pies por agarrar el dinero, el bus para San José y volver a lo mismo, pero me mantuve fuerte hasta el día de hoy; acabo de cumplir 15 años de sobriedad, y eso me permitió recobrar el amor y el respeto de mi familia”.
Como si fuera poco, Eduardo ha invertido los últimos 9 años ayudándoles a personas en adicción, con un proyecto casa media que se llama “Volver a vivir en recuperación”, que con satisfacción dice ha ayudado a muchos.
“Nuestro proyecto nace con la visión de dar a estas personas, una vez que hayan sido estabilizadas pero puestas de nuevo en el portón de la calle, un lugar donde puedan tener techo, alimento y mantenimiento terapéutico por medio de la consejería en adicciones, mientras se reintegran a la sociedad y son aceptados nuevamente por sus familias. En este lugar, una vez que los internos consiguen trabajo, ayudan al mantenimiento del hogar, que les brinda hospedaje, alimentación y terapia, ya que este no recibe ayudas institucionales de ningún tipo. Además, estarán bajo una estricta disciplina y supervisión hasta que aprendan a manejar su dinero”.
Gamboa finalizó con una frase que llega a la conciencia, “ningún ser humano está en capacidad de desechar a otro ser humano”, y agradeció a todos aquellos que se preocupan por salvar a estas personas, porque “si solo una escapase de ese infierno, habrá valido la pena”.
El Dato: Si desea conversar con Eduardo puede llamarlo al 8986-7611
Eduardo Gamboa venció la adicción y ahora trata de rescatar a otros hombres de ese infierno.
Muchas personas llegaron a celebrar con Eduardo sus 15 años de sobriedad.