¿De qué manera manejo la adolescencia de mis hijos?
Cuáles palabras se vienen a mi mente al pensar en los adolescentes que tengo a mi alrededor, probablemente muchas y diversas según el contexto en el que los vea desenvolverse. Sin importar el concepto que cada uno tenga de la adolescencia, es importante tener presente que estas personas tienen una lucha constante de emociones, que necesitan comprensión, apoyo y empatía de parte de los adultos, más aun si son seres queridos para ellos.
La adolescencia es una etapa maravillosa, cargada de alegría, de metas, de ilusiones, y al mismo tiempo de toma de decisiones vitales en torno a sus estudios, a su futuro en familia, a la elección de amigos, de una pareja, de recursos para aumentar la autoestima, la seguridad en sí mismos, la aceptación de errores y crecer en su madurez.
Dentro de las convivencias familiares, es importante que busquemos establecer espacios con ellos donde se dé un acompañamiento para conocerlos mejor, y aunque no sepamos cómo comenzar a abrir la empatía, se puede iniciar con algunas preguntas como guía, por ejemplo: ¿Por qué te sientes agradecido hoy?, ¿Qué cosa positiva observaste hoy?, ¿Qué reto enfrentaste hoy?, ¿Qué parte del día fue tu favorita?, ¿Qué pendientes tienes?. Por medio de preguntas se puede iniciar una conversación, escuchar y dar opinión. Estos sencillos momentos pueden marcar gran diferencia para ellos. La importancia de la escucha activa, de ser pacientes con ellos, de demostrarles el cariño, genera apertura para la confianza.
Además, el aprender a tener cuidado con el lenguaje no verbal, el no juzgarlos o criticarlos y el no interrumpirlos, ayuda a que ellos se sientan más cómodos y cercanos a nosotros; por ello no desvaloricemos lo que nos expresan a pesar de sentir que es algo sencillo o con poca importancia.
No olvidemos que a pesar de ser menores de edad, nuestros hijos tienen su criterio y es necesario que cuenten con sus espacios personales, tienen gustos particulares en cuanto a la música, la vestimenta, los pasatiempos, cuentan con un grupo determinado de amigos que les dan sentido de pertenencia, y el tema de la toma de decisiones es vital para que maduren y aprendan a diferenciar lo que conviene y lo que no; por ello, no impongamos criterios u opiniones, demos ejemplo, dialoguemos mucho, hagamos ver los pros y los contras de las decisiones, que existen consecuencias y que no deben dejar de lado la esencia que tienen como seres humanos.
Tengamos presente que los adolescentes siempre dan señales cuando requieren de nosotros, y ante ello se deben buscar nuevas estrategias, como el tener más espacios para compartir, darles la oportunidad de expresarse sin miedo, tener pasatiempos donde como adultos aprendamos con ellos e inclusive puede que en algún momento se necesite apoyo profesional.
Dejemos de lado los estereotipos que existen en torno a la adolescencia, todos lo fuimos y pasamos por momentos complicados, por cargas impuestas por la sociedad, por el qué dirán, por encajar sin importar si se deja de lado la personalidad; a muchos nos pasó que los otros no comprendieron nuestros pensamientos y comportamientos, y aun así salimos adelante y tenemos metas con obstáculos, con dudas y con incertidumbre. Por ello, no generemos en nuestros hijos adolescentes fantasmas o patrones como los vividos por nosotros, dejemos que maduren con amor y rigor, sin caer en alcahueterías pero tampoco cortando sus ilusiones y motivaciones.
Licda. Carolina Blanco Vargas
Psicóloga. Para consultas: 8846-7110
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