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Titánico y merecido embellecimiento

El templo de San Isidro, de materiales que casi tienen un siglo de existencia, está siendo restaurado con bisturí y sutil delicadeza. 

Tener la Casa de Dios como Él se merece, como la comunidad requiere y ha aportado para ello, y como un homenaje póstumo y aunque lejano en el tiempo al padre Rubén Fernández, quien falleció tan solo dos años después de la consagración del templo, producto de una diabetes por el exceso de trabajo y toda la presión que vivió durante la construcción, se enlazan hoy para que la iglesia de Coronado esté siendo restaurada internamente con delicados trabajos supervisados por diferentes profesionales y técnicos de la oficina de Patrimonio Nacional.

Luis Arturo Martínez Rojas, administrador de la Parroquia, atiende con especial cuidado todos los detalles de estos trabajos, para lo cual su experiencia como desarrollador de proyectos se lo permite. Los trabajos comprenden paredes, cielo raso, lámparas, puertas, techos, impermeabilización de ventanas y si los recursos alcanzan le entrarían a bancas y altares. Con una buena primicia al final, de que también se van a pulir los pisos a principios de diciembre.

Si bien se han hecho diferentes arreglos a este templo a lo largo del tiempo, esta vez se está realizando un trabajo más detallado y supervisado, que los coronadeños podrán apreciar y disfrutar, se espera, para mediados de diciembre.

Estas obras tienen un valor cercano a los $300 mil dólares, pero Martínez afirma que se han buscado los mejores precios, sin mermar la calidad, con el objetivo de darle valor real a cada centavo invertido y con el cuidado de que se está trabajando con materiales que casi tienen un siglo de existencia, por lo que requieren un trato cuidadoso y, por supuesto, a partir de ahora, un programado mantenimiento con el fin de tener templo para 50 años más.

La pintura azul a lo interno del techo, el dorado de los capiteles, el detalle en el remozamiento de las casi centenarias puertas con bisagras originales que merecen un trato especial, los trabajos en las ventanas y lámparas que suman miles de cristales conjuntan una bella exhibición, que la comunidad católica de Coronado y todos aquellos visitantes de otras partes van a disfrutar bastante.

Martínez afirma que quedan trabajos pendientes, como el de la torre, que se había repellado, pero no se había impermeabilizado, además de las bancas y los altares y lo eléctrico que es bastante oneroso.

Por su parte, el cura párroco Carlos Manuel Jiménez destacó que este es un templo emblemático a nivel nacional y centroamericano, con su estilo neogótico que cautiva por su imponencia la atención de creyentes y no creyentes.

“Si bien en el pasado los abuelos encabezados por el padre Rubén emprendieron esta gran proeza, cómo no, ahora tenemos nosotros la grandísima responsabilidad histórica de darle mantenimiento para heredársela como debe ser a las generaciones venideras, como símbolo de nuestros valores religiosos, morales y espirituales”.

El sacerdote hizo hincapié en que este logro merece una felicitación colectiva, “porque no es la obra de un individuo sino de una comunidad fervorosa, entusiasta, que mira en su templo un signo muy apreciado de sus valores y tradiciones”. Por su parte, Martínez también enfatizó en que “cada comida que compraron, cada contribución y aporte que dieron todo suma, porque es un esfuerzo colectivo que muchos estamos realizando  para hacer de esto un proyecto exitoso”.

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El trabajo en los capiteles, cómo estaban, cómo quedaron.

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Las puertas, otra de las partes que se intervino, donde encontraron pedazos llenos de masilla y que ya les están poniendo cedro.

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Todas las lámparas, que estaban inservibles, están quedando completamente nuevas, tras el trabajo que les está realizando Carlo Vivi -Chandeliers.

Conciertos de lujo

Entre las actividades que tiene programada la Parroquia de Coronado, en el templo, el próximo 8 de diciembre a las 7 de la noche estará tocando la Sinfónica Nacional y el día 9, a la misma hora, la Sinfónica Juvenil. Se invita cordialmente a la comunidad coronadeña y de lugares circunvecinos a disfrutar de este magno evento cultural.