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50 años de la Escuela en Patio de Agua

La Escuela de Patio de Agua llegó a su medio siglo de existencia, aunque los datos del MEP no coincidan con la fecha; exalumnos se reunieron con su querido profesor.

Este grupo de exalumnos se reunieron con don Carlos, para celebrar el aniversario, porque medio siglo no pasa en vano.

Director y exalumnos del primer grupo que recibió lecciones en la escuela de Patio de Agua, se encuentran celebrando los 50 años de aquel acontecimiento, que aunque en los registros del Ministerio de Educación Pública (MEP) aparezcan otras fechas, la realidad nos dice otra cosa.

“Empezamos en marzo de 1974 (el distrito escolar fue creado en 1973) tras mi nombramiento, en un terreno que donó Julieta Pinto, y en una casita que por cierto construyeron los reos de la Penitenciaría Central mediante un programa que tenían con Asignaciones Familiares”, afirmó Carlos Rojas, primer director de esta escuela y que llegó a Coronado, en 1970, proveniente de Monteverde.

Rojas fue director desde 1974 hasta 1990, y recuerda que en el principio no tenían agua y la recogían de la lluvia y la ponían en un barril, hasta que después pudieron conectarse a un ojo de agua. “Empezamos con 32 alumnos, pero muy pronto había 48, y siguieron llegando y entonces se pidió otro maestro; en 1977, llegó Marjorie de Oduber, con algunas damas diplomáticas que nos trajeron libros escolares a aquella primera escuela, y ella fue factor fundamental para la construcción de dos aulas más muy bonitas.

Rememorando aquella época, don Carlos dice que “cuando yo llegué, aquí había pobreza extrema, la gente cogía el agua de una quebrada, eran tiempos duros en que los padres de familia trabajaban en los quebradores o fincas; pero la escuela empezó un cambio que luego con un programa que se dio, de construcción de más viviendas, eso le dio un vuelco muy significativo a esta zona”.

Rojas recuerda que muchos de los niños llegaban sin desayunar, pero logró, mediante un programa, obtener un alimento que era maíz, soya y leche y como no había cocinera, su esposa, Ruth Eillen Mendenhall Mott, lo preparaba y lo traía para los estudiantes. “Mi esposa es un pilar fundamental en mi vida. Ella preparaba todas las mañanas un atol que yo llevaba en un tarro lechero que amarraba atrás de mi motocicleta”.

Dice que para celebrar días especiales como el del Niño, “hacíamos un fuego grande en el potrerito y comíamos mortadela y salchichón”.

Uno de los alicientes para construir esta escuela fue que anteriormente los niños debían ir a la de Las Nubes, y atravesar la Quebrada Varela, que en invierno crecía mucho y no les permitía pasar, a los de Patio de Agua.

Por su parte, Marta Eugenia Guillén Rodríguez, a sus 64 años, una de las dos primeras graduadas en esta escuela, afirma que “aprendí bastante y fue un buen cambio, porque antes mis dos hermanos y dos primos teníamos que cruzar a Las Nubes, entre potreros y ríos”.

Doña Marta dice que con don Carlos aprendieron mucho porque era un buen profesor y le da gracias a Dios que le ha permitido volver a ver a sus compañeros, “50 años después cuando ya nuestros hijos y hasta nietos han pasado por esta escuela”.

Don Carlos, un maestro de profesión y corazón es, como lo describimos en un artículo que le hicimos hace ya casi 20 años, “un ejemplo de perseverancia, dedicación e interés por el prójimo”, y el cariño y respeto que le muestran aún sus exestudiantes, refleja eso y más.

Primera Junta de Educación: José Guillén Masís, presidente; Asdrúbal Solano, vicepresidente, Francisco Blanco Barboza, secretario; Rigoberto Pereira y Marcelino Luna Montero, vocales. Persona que ayudó con el tractor para nivelar terreno, don Ernesto Rojas.PIE DE FOTO (ESCUELA CASITA)

En esta casita, hace 50 años y con un grupo de entusiastas niños se inició la escuela en Patio de Agua.

Empezaron con 32 alumnos, pero muy pronto ese número fue creciendo hasta que hubo que traer otro maestro.

Una improvisada hamaca, en el árbol frente a la escuela, servía de diversión durante el recreo.

En su juventud, don Carlos Rojas y doña Ruth Eillen Mendenhall trajeron la educación a la zona de Patio de Agua.

Las celebraciones especiales se realizaban asando salchichón y mortadela, ¡y los niños felices!

Marjorie de Oduber (al centro y en aquella época Primera Dama de nuestro país), en visita que hizo a esta escuela en 1977, con unas damas diplomáticas, tras lo cual se realizaron las gestiones para la construcción de dos aulas más.

Marta Guillén, primera graduada en esta escuela, recuerda con cariño las enseñanzas de don Carlos.

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