SALUD: Pie diabético

Diagnóstico y tratamiento del pie diabético en la clínica

Ana Lorena Hidalgo Ávila
Para El Coronadeño Hoy
El pie diabético aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en la sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes (hipertensión arterial, hipercolesterolemia) que provocan un daño en los vasos y nervios que pueden producir complicaciones a mediano o largo plazo.
Dos de los riesgos de estos pacientes son la disminución de la sensibilidad y la mala circulación del pie, que pueden derivar en la formación de una úlcera, algunas veces grave, y que es la principal causa de una posible amputación.
La mayoría de las heridas son causadas por una disminución de la sensibilidad de pie y surgen en la planta o en las zonas cercanas al hueso, como los nudillos de los dedos.
En el caso de que un paciente observe una úlcera, deberá acudir lo antes posible al especialista. No únicamente para curarla, sino para diagnosticarla y diseñar un tratamiento personalizado lo más adecuado a su caso. En muchos casos, las curas corren a cargo de un buen equipo de enfermería.
La persona diabética puede sufrir alteraciones de los nervios (neuropatía diabética), con la consiguiente modificación de la percepción del calor, el dolor, etc., pudiendo no notar quemaduras o heridas, sobreinfectándose.
Es importante prevenir las heridas y las úlceras del pie, ya que son las causantes más frecuentes de las amputaciones. Sin embargo, esta situación se puede prevenir en la mayoría de los casos siguiendo una serie de recomendaciones.
¿Cuáles son los síntomas más habituales?
- Hormigueos y calambres
- Ausencia de sensibilidad
- Aparición de úlceras en la piel.
¿Cómo debe cuidar sus pies una persona con diabetes?
Como consecuencia del mal control de la diabetes, se produce una disminución en el riego sanguíneo de las piernas (vasculopatía) y una afectación de los nervios de las piernas y de los pies (neuropatía); a esto es lo que llamamos pie diabético.
Cuando nos encontramos ante una diabetes descompensada de larga evolución, las posibilidades de que aparezcan lesiones en los pies aumentan.
La neuropatía se puede manifestar como una hipersensibilidad en forma de calambres, dolor punzante o ardiente. Empeora con el reposo nocturno y mejora al poner los pies en el suelo.
Lo más común es que se produzca una disminución de la sensibilidad, notando los pies dormidos desde la punta de los dedos hacia arriba (en calcetín), con sensación de acorchamiento llegando incluso a no notar el dolor.
De esta manera, cualquier pequeña rozadura, herida o grieta puede pasar inadvertida y servir como puerta de entrada a una posible infección.
Es por todo esto que la persona con diabetes debe vigilar y cuidar con esmero la higiene de sus pies.
Normas para el cuidado de los pies
- Se debe observar diariamente los pies, buscando cualquier pequeña rozadura, herida o enrojecimiento. Se deben controlar seis lugares en la planta del pie: la punta, el dedo gordo, la base de los dedos pequeños, la base de los dedos medios, también el talón y la parte exterior del pie y de la planta.
- No fume. El tabaco estrecha las arterias y no favorece un adecuado aporte de oxígeno a sus pies. Acuda periódicamente a su médico para asegurar un buen control de su diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, dislipidemia, etc.). Es aconsejable realizar ejercicio diariamente en forma de paseos por terreno llano y a un buen ritmo durante al menos una hora.
- Se deben mantener los pies limpios, lavándolos a diario con agua tibia (recordemos que pueden estar dañados los nervios que conducen la sensibilidad térmica y no advertir que el agua está lo suficientemente caliente para producir una quemadura) y jabón. El secado debe ser minucioso, esforzándose por eliminar la humedad de la zona interdigital. Se trata de mantenerlos hidratados, sin humedades ni callosidades. En el caso de que tuviese excesiva sudoración, se recomienda aplicar polvos de talco después del lavado diario.
- Para el cuidado de las uñas, se deben utilizar tijeras de punta roma y lima de cartón. Todo ello, con buena luz y sirviéndose de la ayuda de una lupa y espejo, si fuera necesario. Nunca se deben utilizar tijeras de punta afilada, cortaúñas u otros objetos punzantes. Tampoco limas metálicas, callicidas ni piedra pómez. Se deben cortar las uñas en forma recta evitando cortar los lados. En cualquier caso, siempre que no se puedan realizar estos cuidados con la precisión que requieren, debe acudirse al podólogo.
