Con cuáles personas me relaciono en el día a día
Aunque nuestra personalidad sea introvertida, seamos reservados, de poco contacto social, o por el contrario muy abiertos o amigables, debemos tener presente que siempre nos vamos a relacionar con otras personas, ya sea en los trabajos, lugares de estudio, familia, amigos y otros. Por ello, es importante que tengamos claro que al ser todos diferentes, pueden existir roces con otros, o bien no sentir confianza o empatía.
Carolina Blanco *
Para El Coronadeño Hoy
Existen relaciones que no son sanas para nosotros, que de una u otra manera consumen nuestras energías, son negativas, nos desgastan, se aprovechan de las buenas intenciones, las habilidades, cualidades, talentos que tenemos. Existen otras personas que se acercan a las vidas de otros con el objetivo de competir, de desvalorizar, de humillar e incluso si tienen cargos de autoridad o mejor estatus sacan ventajas de ello sin importar los daños que causen.
Y qué decir de los que generan chisme, discordia, que envenenan las relaciones, que no miden las consecuencias, y los que fingen ser amigos para acercarse, analizarnos y generar dependencia y confianza del otro y al final obtener lo que desean.
Todos esos ejemplos son patrones de personas tóxicas, que alteran nuestra estabilidad emocional, y que depende de nosotros si nos dejamos influenciar y afectar, ya que no vamos a poder evitar tener cercanía con algunas de ellas. Es vital que analicemos nuestras actitudes y reacciones con personas que nos desgastan, ver por qué nos alteran, nos desestabilizan, y trabajar en herramientas personales para convivir de forma más llevadera y sana.
Algunas recomendaciones que pueden ser útiles para la interacción con personas que nos desgastan emocionalmente son las siguientes:
- Analizar qué hay detrás de la actitud del otro, siempre existen razones como miedos, frustraciones, carencias, vivencias dolorosas, ansiedades, otras.
- Establecer límites claros y cumplirlos.
- Utilizar la asertividad y la amabilidad, no ponerse con la misma actitud.
- Aprender a desconectarse de las quejas de la otra persona, así evitamos que nos consuma energía.
- Cuidar de sí mismo, nadie puede hacerlo por uno.
- Intentar pasar el menor tiempo con ellos, en caso de que no sean muy cercanos como la familia o la pareja.
- Conversar con la persona y hacerle ver cómo son sus actitudes y lo que molesta.
- Poner la atención en cosas positivas a pesar de que el ambiente sea pesado.
- Recordar que tenemos actitudes que no son agradables para todos, así que no hagamos a los demás, lo que no nos agrada a nosotros.
- En casos muy delicados, buscar ayuda de mediadores o profesionales.
Recordemos que todos estamos siempre mejorando como seres humanos, tenemos nuestras áreas fuertes y puntos por mejorar también; por ello no etiquetemos a quienes nos rodean, analicemos sus actitudes, ayudemos en caso de poder hacerlo, y si vemos que no logramos convivir con alguna persona en específico porque nos desgastan o se aprovechan de nosotros, tengamos la capacidad de reconocerlo, de no crear dependencias y de valorar más con quién o quiénes deseo trabajar, estudiar o tener relación de pareja, antes de que sea una carga de consecuencias físicas, emocionales y mentales, y no una compañía para crecer y madurar.
Licda. Carolina Blanco Vargas
Psicóloga. Para consultas: 8846-7110