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Peligro de muerte

Un grupo de familias arriesgan la vida al atravesar un peligroso paso entre Patio de Agua y Alpes.

“Es peligroso pero necesario, un asunto de humanidad más que dinero”, afirma doña Wendy Chinchilla que pasa por este puente con esta niña, y dos escolares más, todos los días.

Un trayecto que fue calle pública pero que ahora es un peligroso guindo que va a dar al río Virilla, y por donde pasan adultos mayores, niños, personas especiales y peatones que necesitan trasladarse desde San Rafael hasta los Alpes o viceversa, es objeto de controversia entre los vecinos y la Municipalidad, con el agravante de que cada minuto que este asunto no se resuelva, puede resultar mortal para una o más personas.

El trayecto es conocido como calle Lupe y ha sido utilizado durante décadas por los habitantes de la zona. Se entra por el puente de hamaca que está al final de Calle de la Máquina y se sale por un sector de los Alpes.

Si bien los vecinos podrían tomar la ruta segura que es por los Alpes, aseguran que no lo hacen porque por el lado de San Rafael es que tienen todas las facilidades; por ejemplo, por Alpes no hay servicio de buses y deben caminar hasta el puente de San Francisco, para bajar al centro y luego tomar otro bus para San Rafael, en el caso de las personas que trabajan por ahí o van a la escuela, o simplemente quieren tomar el bus hacia San Isidro.

Lo cierto es que aunque peligrosa, hasta hace poco todavía quedaba una pasada entre ambas partes mencionadas, pero hace unas semanas, con las fuertes lluvias del invierno se derrumbó y el paso literalmente desapareció. Los vecinos, recogiendo fondos entre todos y en la desesperación por rehabilitarlo construyeron un puente de metal para poder cruzar, puente que según las fuentes municipales no ofrece ni garantiza la seguridad de quienes por ahí pasan, sobre todo porque está apoyado sobre terreno que en cualquier momento podría derrumbarse.

Harold Majik, propietario del terreno que bordea esta calle y quien dice que su propiedad está a un metro de ser afectada, afirma que todo el trayecto era calle pública, pero “el río Virilla se ha comido desde el 2005 cerca de mil metros cuadrados en esta zona.

Majik reconoce que las familias que pasan por ahí tienen su salida comercial hacia San Rafael, por los buses, servicios, pulperías, escuela, y que la opción de salir por los Alpes está totalmente habilitada, pero se les dificulta por las distancias que tienen que recorrer.

Harold, quien es regidor municipal, acepta que “hasta este momento es que la Municipalidad presta real atención sobre este problema y existe un presupuesto de más o menos ¢30 millones, para resolver el asunto de la expropiación, y construir dos alcantarillas en la quebrada Lupe.

Los vecinos

Olga Rodríguez, vecina de esa zona desde hace 32 años, en los cuales ha atravesado por ese punto para ir a tomar el bus de San Rafael y llevar a una hija, Yasira, en condición especial, a las citas, entre otras cosas, afirmó que “en nuestra familia yo y mis hijos requerimos pasar por acá. Mis hijas trabajan, ellas salen a las 4 de la mañana; pero yéndose por Los Alpes tenían que salir a las 3:30 de la madrugada arriesgándose a un asalto, a mi hijo lo asaltaron tres veces cuando viajaba por ahí”.

Doña Olga afirma que sus hijos fueron los que construyeron ese nuevo paso que ya antes del derrumbe era muy angosto, y consultada sobre si no temía que fuese a pasar algo contestó: “Yo confío en Dios, tenemos un papel donde dice que nosotros tenemos que hacernos cargo de este camino porque es público, no municipal”.

Por su parte, Wendy Chinchilla, madre de familia con pequeños en la escuela de San Rafael y que igual utiliza este paso, expresó “hay que pasar porque por este lado están los buses, las pulperías, la escuela; esto es cuestión de humanidad, de que la gente que no vive aquí esté consciente de que se ocupa la pasada, porque esto es un riesgo para todos, pero hay que entender que todos no tenemos la suerte de escoger dónde queremos vivir, sino es donde podamos vivir”. Agregó que cada familia sacó ¢60 mil colones para colaborar y “ese es el monto para comer un mes”.

Según Harold, todas las personas que viven por ahí tienen la respectiva escritura y se habla de al menos unas 20 familias que tendrían el problema, pero se dijo que hasta mucha gente que no son de ahí, pero van a trabajar en la zona (como una señora que viene desde Cascajal a trabajar en la Piedad) cruzan por ahí porque caminar desde el puente en San Francisco es demasiado largo y pesado.

Municipalidad

En el momento de poner los sellos de prohibido el paso, a los cuales difícilmente harán caso los vecinos de la zona, el ingeniero Steven Mena, de la Municipalidad, dijo que “el problema de este paso que hicieron es que no está diseñado por un ingeniero estructural ni tampoco tiene un estudio de suelo indicando que pueden ponerla ahí, y no es tanto la estructura metálica que no aguante, sino que está apoyada sobre un talud que ya está falseado y que en cualquier momento se va a volver a ir, por lo que es un peligro para todos los que lo usen”. Consultado sobre por qué no dragan el río, contestó que “a lo que escuché esto no es un problema de dragado sino por el desagüe de forma descontrolada de las mismas casas, mientras que el dragado, dice el geólogo de la CNE, que el cauce de este río ya lo tiene conformado y en el momento que usted lo quiera desviar va a volver a su cauce”.

En la sesión del Concejo Municipal, del pasado 14 de octubre, se tocó este tema. Se vio un informe de Mena, sobre la clausura del paso y se hizo un llamado a la gente de la zona para que no arriesgue su vida pasando por ahí.

Por su parte, el regidor Alejandro González propuso una reunión interna para hacer un avalúo, y recalcó que el paso es sumamente riesgoso y que para una solución habría que expropiar para sacar la calle por otra parte. “A esto hay que dar un tratamiento integral, incluso hacer una mesa de trabajo en la que esté la CNE, el Inder, y nosotros para encontrar la mejor solución posible”.

Por su parte, la alcaldesa Quesada expresó que en la Junta Vial se destinó un monto de aproximadamente ¢30 millones para solucionar este problema, con el fin de obtener una solución pronta.

Doña Olga Rodríguez y su hija Yasira deben salir a San Rafael para tomar el bus a San Isidro: “Es peligroso, pero Dios nos protege”.

Harold Majik (regidor municipal), propietario del lote que rodea este paso, y Steven Mena, ingeniero de la Municipalidad, conversan sobre esta situación que requiere una solución para ayer.

Si bien el puente es sólido, está sobre un terreno inestable que podría ceder en cualquier momento.

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