La Municipalidad hizo un homenaje a la mujer, reflejado en cuatro coronadeñas. 

A propósito del Día Internacional de la Mujer, que se celebró el pasado 8 de marzo, el 14 de ese mismo mes el área de Gestión Social con el apoyo de la alcaldía y la vicealcaldesa municipal, hicieron un pequeño pero sentido homenaje a cuatro mujeres que por diversas causas se han distinguido en nuestro cantón.

“Ustedes representan a todas las mujeres del cantón y pretendemos reconocerles el aporte de cada una en sus diferentes ámbitos de acción como jefas de hogar, madres, hermanas, abuelas, tías, etc., y que nos cuenten algo de esa experiencia de vida que han podido acumular durante tantos años”, expresó el alcalde Rolando Méndez, en esta actividad en que también participaron la vicealcaldesa Nidia Jiménez y las funcionarias Jéssica Barrientos y Ericka Avila.

Servidora de Dios

Margarita Blanco Morales ha estado ligada a la parroquia de Coronado durante medio siglo. Sí, cincuenta años, porque desde muy pequeña familiares y especialmente su madrina le inculcó mucho la fe en Dios, en el servicio y en el respeto.

“Un día de tantos empecé a servir en la parroquia y ahí he estado durante 50 años. Ha sido un servicio de evangelización, vestimenta de imágenes; Dios me dio dones que los pongo al servicio de la comunidad, como el canto, que aprendí del profesor Luis Paulino Vega (+).

Margarita dice sentirse llena en su vida y agradece a sus padres y a Tina Rodríguez, Tina Ramírez, Uriel Zúñiga y Trino Lizano que formaron un grupo del cual ella aprendió mucho y fue conociendo el camino que ha podido seguir con la ayuda de Dios. “Estar cerca de Dios y especialmente la época de Cuaresma son los momentos más lindos en mi vida”.

Costurera autodidacta

A Carmen Chaves la costura le ha permitido realizarse y liberarse como mujer. Su madre fue costurera y su padrastro sastre, por lo que creció entre hilos y desde muy niña dice que hacía trajecitos de muñeca y los vendía en la escuela. “A los nueve años conocí otra chiquita que llegaba de vacaciones donde Abuelita y ella tejía y me enseñó a mí”.

Luego de que se casó muy joven, su esposo le compró una máquina de pedal de punto recto y ahí aprendió a coser sola, ya que afirma que nunca llevó cursos de nada, al igual que en el tejido.

“Dios me dio ese don. Cuando hago algo me encanta saber que le gustó a la otra persona, y con lo que gano en las ferias en las que participo puedo ayudar en la casa y comprar cosas a mis nietos; hace tres años me regalaron una maquinita circular, que es así de tejer, y mi suegra me ayuda a hacer los gorros. Ella es para mí como mi mamá, siempre ha estado conmigo, es mi brazo derecho y me ha apoyado en todo”, dijo Carmen, con los ojos llorosos y tomando de la mano a su suegra, Cayetana Chacón, que la acompañó a esta actividad.

Chaves aseguró que aprovecha todas las oportunidades para aprender que se le presentan, dijo que hasta viendo cosas en Youtube, y se siente bien ganando su propio dinero, participando en las ferias de emprendedores, porque “hay gente que cree que a las mujeres nos crearon para estar metidas en la casa haciendo oficios domésticos, pero así no es, porque somos capaces de muchísimas cosas, y lo que se propone una mujer lo hace, ya el tiempo de la mujer solo en la casa pasó”.

Amor al trabajo

María de los Ángeles Brenes Zúñiga tiene muchos años de trabajar en la Municipalidad de Coronado, y afirma que su padre la enseñó a trabajar con amor, por lo que se confiesa enamorada de su trabajo. “La ‘muni’ es mi segunda casa, aquí he vivido muchas alegrías y también tristezas en diferentes etapas de mi vida, pero considero que el trabajo es una bendición de Dios, y hay que asumirlo con responsabilidad y sabiduría”, algo que les repite a todos aquellos que se aprestan a entrar a trabajar con el municipio.

Siempre lista

Angélica Matamoros tiene 25 años de pertenecer y compartir su vida con el movimiento Scout de Coronado. Dice que desde muy niña su madre y abuela le enseñaron a servir y que encontrar a los scouts fue hallar una segunda familia.

“Con ellos puedo enseñar y transmitir que las cosas se hacen bien, y por el camino correcto; yo amo este movimiento y he dicho que cuando Dios me llame al gran campamento, que por favor me entierren con mi uniforme”.

Matamoros asegura que su madre le inculcaba el deber de enseñar, porque decía que los chicos eran “semillitas que sembramos en el camino, y de verdad que me he topado con muchísimas semillitas en este cuarto de siglo con el movimiento”. Agregó que ha sido un placer y honor vivirlo ya de grande, porque le ha ayudado a crecer como mamá, como persona, como mujer, y a valerse por sí misma.

“Los scouts es todo en mi vida y seguiré con ellos hasta que Dios me permita, porque no es solo jugar en el parque, sino que hay que tener tiempo y energía para cumplir con las tareas y en eso el movimiento ha logrado un buen complemento entre los dirigentes más maduros con los más jóvenes, todos jalando la carreta”.

Margarita Blanco Morales ha dedicado la mayor parte de su vida a servir en la parroquia de Coronado.

A doña Carmen Chaves la costura la ha ayudado a realizarse y emprender.

María de los Ángeles Brenes Zúñiga se ha esforzado durante muchos años para realizar una buena labor como funcionaria municipal en Recursos Humanos.

Un cuarto de siglo con los Scout hacen de Angélica Matamoros un pilar de ese movimiento en nuestro cantón.

La Administración municipal y la oficina de la Mujer en Gestión Social, les realizaron el homenaje a las cuatro distinguidas damas.