Babylene Vásquez, junto a Gabriel, un menor al cual ayuda desde hace 6 años, gracias a su profundo deseo de servir.

Jean Carlo Arroyo Brenes 

Para: El Coronadeño Hoy

San Pedro de Coronado vive una mujer que ha hecho de la solidaridad su manera de agradecerle a la vida.

Se llama Babylene Vásquez Loaiza, tiene 45 años, y quienes la conocen saben que su sonrisa y su energía van siempre acompañadas de un profundo deseo de servir.

Coronadeña de pura cepa, hija de un padre nacido en el cantón y de una madre del Alto de Guadalupe, Babylene creció en un hogar donde el trabajo duro y la ayuda a los demás eran parte del día a día. Recuerda a su abuelita diciendo que cuando uno ayuda “se les ofrece a las ánimas o a San Martín, por tener siempre salud y trabajo”. Aquellas palabras se convirtieron en guía de vida.

Divorciada y madre de tres hijos: Fany, Britany y Santiago, Babylene ha sabido combinar su labor como salonera y emprendedora con una vocación social que la acompaña desde hace más de dos décadas. “Desde que tengo memoria sentí el llamado a ayudar”, dice con humildad.

Su historia con las causas sociales comenzó trabajando con personas en situación de calle y mujeres en prostitución. “Me llenaba el alma poder ayudarlas a bañarse, peinarlas, recordarles que eran hermosas”, cuenta. “A veces me involucraba tanto que sin pensarlo ya las tenía en mi casa, dándoles comida y ropa limpia”.

Con los años, su labor se amplió. Durante la pandemia, Babylene y un grupo de amigos organizaron ayudas para familias en crisis. Luego vendrían gestos que marcaron corazones: como aquella vez en que una joven embarazada, en situación difícil, decidió seguir adelante con su bebé tras una conversación con Babylene. “Le prometí que no la dejaría sola, y así fue”, relata emocionada.

Pero quizá una de las historias más conmovedoras fue la de una muchacha con cáncer cuyo sueño era casarse. “Publicamos la historia y la gente se unió de una forma increíble: nos donaron el vestido, el queque, la comida, la comparsa, el mariachi… todo. Ella se casó un sábado y falleció el lunes, pero partió feliz, con su sueño cumplido. Esa experiencia nos marcó a todos”.

Cada diciembre, Babylene celebra la Navidad de una forma muy especial. Desde temprano, el 24 de diciembre, recorre comunidades entregando comidas, regalos y abrazos a abuelitas, enfermos y niños que durante el año ha conocido. Todo es donado por amigos y personas solidarias que siguen sus publicaciones en redes sociales. “Hasta que sé que todos tienen su cena y su regalito, no empiezo mi Navidad. Mi corazón se llena al ver a mi familia organizando bolsitas, diarios y regalos para otros”, comenta con ternura.

Para Babylene, ayudar no es un favor: “Yo no lo veo como una ayuda. Es la oportunidad que nos da Dios de ser una extensión de su mano para llevar amor a quien lo necesita. El privilegio es enorme: uno, siendo tan imperfecto, puede ser portador de buenas noticias, de consuelo y esperanza. El regalo es para mí, porque siempre recibo más de lo que doy”.

Con más de 20 años de labor social, Babylene se ha convertido en un ejemplo de fe, resiliencia y entrega. Agradece profundamente a sus amigos, quienes siempre dicen presente en cada causa, y a su familia, “por compartir con amor de lo mucho que Dios nos da”.

“Todos en algún momento hemos necesitado una mano de amor”, dice Babylene. “Yo aprendí también la humildad de recibir ayuda. Gracias a mi familia y mis amigos, que nunca me han dejado sola, ni en el hospital, ni en la celda, ni me dejarán sola en el cementerio”.

En un mundo donde a veces falta tiempo para escuchar o tender la mano, historias como la de Babylene nos recuerdan que la solidaridad también es una forma de fe. Y que Coronado está lleno de corazones que laten por los demás.

Si usted desea sumarse a las causas sociales que lidera Babylene o donar alimentos, regalos o artículos para personas mayores, enfermos o niños en condición vulnerable, puede contactarla directamente al número 8596-0745. Toda ayuda es bienvenida y transformará más vidas.