Si me preguntan mi opinión sobre qué debe pasar con el estadio El Labrador, debo decir que, a este momento, la oferta de administración de la Federación Costarricense de Fútbol es la mejor opción, eso sí, tomando todas las precauciones necesarias para que los usuarios coronadeños, de uno u otro tipo, ya deportistas, ya caminantes, no pierdan el acceso a ese reducto.

Un estadio, como sucede en otros países como Estados Unidos, España u otras naciones de Europa, puede ser muchas cosas, no solo un reducto para jugar fútbol, que sí, debe ser su principal actividad, pero no única. Un estadio con todo ese espacio bien planificado, puede convertirse en algo muy bueno para Coronado.

Lo importante con la Fedefútbol es que tiene el dinero para realizar las mejoras, algo que no tiene la Municipalidad, y que seguramente sí tienen también algunas otras empresas privadas interesadas, pero que tal vez ven el estadio solo como una posible maquinita de producir plata.

Otro aspecto importante, aunque a algunos del Concejo no les guste, es volver a ver al Uruguay jugando en nuestro cantón y no mendigando estadios en otros cantones. Tampoco veo por qué, como dicen ciertos miembros en el Concejo, a la Federación le moleste que Uruguay tenga su oficina, misma que ellos construyeron, dentro del estadio; ahora bien, si la Federación decide lo contrario ya eso es otra cosa, pero son ellos los que deben decidir, y tomando en cuenta que Uruguay es un asociado de la Fedefútbol, sería lógico pensar que los van a dejar ahí. Igual, para los que les molestaba cómo administraba el Uruguay el estadio, pueden estar tranquilos, porque quien va a llevar la voz de mando es la Fedefútbol.

Por último diré que soy de los ilusos que creen que Coronado, más que un estadio, debería tener una ciudad deportiva. ¿Por qué no? Imagínense esos terrenos que quedan de la Plaza Vargas, el de a la par de la Feria del Agricultor y el que está al otro lado. Lo que se podría construir ahí, en convenio con el Comité Olímpico Nacional, que tiene su sede en nuestro cantón, con ayuda económica internacional y del Icoder. Eso sí le cambiaría el rostro a nuestro cantón y a la calidad de vida de nuestros habitantes. Hay que soñar en grande porque Coronado lo merece.