A la juventud de Coronado


*Pbro. Edgar Josué Gamboa Arce
Para El Coronadeño Hoy
Queridos jóvenes, a ustedes les ha tocado vivir una época nada fácil, sin embargo, más allá de ser solo un reto, se ha convertido en una oportunidad. Sé que el tiempo de la inmediatez, la falta de referentes y la gran problemática social a la cual ustedes no escapan y que sobre todo se ven abordados por las distintas redes sociales, no dejan de abrumarlos. A ustedes quiero dirigirme para animarlos, para que no se cansen de luchar, de soñar, de ser protagonistas en este siglo que necesita corazones convencidos de que la vida puede ser cada vez mejor. A ustedes queridos jóvenes, que no la han tenido fácil, les dirijo mis palabras de aliento para que puedan demostrar a la sociedad de hoy que no todos los jóvenes están perdidos, que en sus mentes brilla siempre la creatividad, los sueños y el sabor que necesita este mundo, ustedes no son el mañana, ustedes son el HOY. Necesitamos que sus corazones vibren al ritmo de la esperanza. No se queden viendo la vida pasar desde un balcón, sean protagonistas de la historia y sobre todo luchen, no se cansen de seguir sus sueños que un día siendo pequeños tuvieron y si por alguna razón tienen que reinventarse, ¡háganlo! La vida da muchas vueltas y, sobre todo, da muchas oportunidades.
Queridos jóvenes de Coronado, ustedes tienen una deuda con la historia, sus antepasados construyeron y forjaron este pueblo a base de esfuerzo y dedicación, no esperamos menos de ustedes, confiamos que con sus capacidades y sus valores podrán llevar esta comunidad a nuevos horizontes de desarrollo y esperanza. Que en todos los ámbitos, religioso, académico, cultural, social, político, deportivo… su participación y aporte sea signo del deseo de querer hacer de Coronado un lugar mejor.
Aprendan a tomar las mejores decisiones, sé que no es fácil y que da miedo, pero hagan lo que hagan, escojan la opción por la felicidad. No se dejen llevar por lo fácil, por lo que llena un ratito pero luego deja un eterno sinsabor, esfuércense, madruguen, corran, póngale ganas, que el que no lucha no gana, el que no se esfuerza no alcanza la victoria y, sobre todo, por favor, nunca dejen que una mala amistad, un mal consejo o un momento de crisis los lleve a perderse en los vicios que tanto daño han hecho a nuestra sociedad. Ocupamos que ustedes aprendan a decir el Sí a la prudencia y a la responsabilidad y el No a todo aquello que destruye la dignidad del ser humano.
Conozco el potencial que hay dentro de ustedes, sé de qué están hechos, sé que siempre pueden dar la milla extra. Sean los agentes del cambio de esta era, no se dejen llevar por comentarios que los desalienten, pero eso sí, sepan escuchar a los abuelos, a sus familias, escuchen a quienes ya llevan trecho caminado en esta vida, ellos les ayudarán a evitar errores que ya han cometido otros y les ayudarán a caminar con paso firme y seguro.
¡Cuánto quisiera que todos los jóvenes de Coronado tengan un encuentro con Jesús! ¡Sí! ¡Esto realmente vale la pena! No es cosa del pasado o de algunos pocos, encontrarse con Jesús es lo mejor que puede pasarnos en la vida y darlo a conocer nos llena de alegría. Permitir que Jesús entre a nuestros días, permite que le demos sentido a nuestra historia, que podamos encontrar la fortaleza para los momentos difíciles y la alegría de los hermosos. Encontrarse con Jesús permite además conocer a otros jóvenes que tienen tus mismas luchas y tus mismos sueños, forjas amistades que te ayudan a luchar día a día. Queridos jóvenes, Jesús es la puerta de la alegría, de la esperanza y del amor sincero, dense la oportunidad de conocerlo, seguirlo y amarlo. Él es la respuesta a tantas preguntas. Les recuerdo a todos que las puertas de nuestra parroquia siempre están abiertas para cuando ustedes lo necesiten. La Iglesia es su casa y su familia que está dispuesta a acompañarlos en su juventud.
Queridos jóvenes, el deseo de Dios siempre será que sean felices, dense la oportunidad, sueñen, y quiera Dios que cuando sean mayores puedan mirar hacia atrás y tener la satisfacción de que han construido la civilización del amor.
A todos los padres de familia, educadores y encargados que trabajan con la juventud, ármense de paciencia y amor, así como no podemos juzgar los hechos del pasado con los ojos del presente, no podemos juzgar los hechos del presente con las experiencias del pasado. Los jóvenes necesitan ser escuchados y sobre todo acompañados, aprendamos a caminar junto a ellos, para que ellos den pasos correctos y si se caen, estar ahí para levantarlos sin juzgarlos, porque recuerden, alguna vez todos fuimos unos inexpertos jóvenes, ya lo decía muy bien San Juan Bosco: “No existen jóvenes malos, solo jóvenes que pueden ser buenos y alguien tiene que decírselo”.
¡Feliz Mes de la Juventud, queridos jóvenes!
*Pbro. Edgar Josué Gamboa Arce
Vicario Parroquial
Parroquia San Isidro Labrador, Vázquez de Coronado
