El paso peatonal en el puente de Patio de Agua ya se encuentra habilitado para el uso de las personas que transitan por esta ruta, quienes anteriormente debían arriesgarse debido a lo estrecho del puente vehicular existente, el cual cuenta únicamente con un carril.

Steven Mena, ingeniero de la Unidad Técnica de Gestión Vial (UTGV), señaló que existía una necesidad evidente por parte de los vecinos de Patio de Agua, ya que solo se disponía de un puente vehicular sin un paso peatonal seguro. Por este sector transita una numerosa población escolar de la Escuela de San Rafael, así como adultos mayores que visitan el templo católico del distrito, el salón comunal, entre otros puntos de interés.

El nuevo puente peatonal tuvo una inversión aproximada de ¢80 millones y cuenta con una longitud de 45 metros y un ancho de 1,50 metros, lo que permite el paso seguro incluso de personas en silla de ruedas.

Por su parte, la alcaldesa Yamilet Quesada destacó que la buena relación entre la Municipalidad y la UTGV ha favorecido la ejecución de las obras mediante una adecuada coordinación conjunta.

Quesada también manifestó su preocupación por el puente del Rosario, ubicado 100 metros al norte del Palí, el cual, aunque no es competencia directa de la Municipalidad sino del Conavi, representa un riesgo debido a su estrechez. “Es bastante peligroso, ya que por ahí circulan muchas personas, incluso niños que se dirigen a la escuela”, afirmó. Agregó que, a pesar de tratarse de una ruta nacional, tanto la Municipalidad como los vecinos deben ejercer presión para que se priorice su intervención en los próximos años.

Harold Majik, regidor municipal y vecino de la zona, expresó su satisfacción y agradecimiento hacia la administración municipal, destacando la ejecución de ya varios proyectos que reducen el riesgo para los vecinos. Señaló que cuando un camión pesado cruzaba el puente mientras peatones transitaban por él, la estructura se movía considerablemente, lo que generaba temor. Asimismo, indicó que la junta vial cuenta con más proyectos y resaltó que se trata de una de las secciones que mejor trabaja, sin distinción de banderas políticas, lo que ha permitido obtener resultados positivos.

En relación con una posible intervención para reforzar el puente y convertirlo en uno de doble carril, Majik explicó que este tipo de obras tiene un costo estimado de entre ¢600 y ¢800 millones, y que actualmente no se cuenta con la solvencia económica necesaria para asumirlo.

Finalmente, Majik informó que una buena noticia para el año 2026 es la asignación de ¢500 millones para una propuesta presentada por el ingeniero Mena, con el objetivo de transformar calles de lastre en vías asfaltadas, hasta donde los recursos lo permitan, en beneficio de la población.

Por último, Jonathan Cordero, vecino de Patio de Agua y residente de la zona desde hace más de 40 años, afirmó que “este puente representa la concreción de una solicitud que por muchos años realizamos, con el fin de garantizar la seguridad de las personas que transitan por este sector”.

El puente peatonal soluciona el problema de los peatones, que antes se arriesgaban por el estrecho puente vehicular.

La buena relación entre la administración y la Unidad Técnica de Gestión Vial propician la ejecución de obras que sirven a la comunidad.

Jonathan Cordero aseguró que los vecinos están felices, porque este puente es un sueño hecho realidad, que venían pidiendo desde hace muchos años.