Ay, Coronado
Cada vez que sucede un acto delictivo o un asesinato, que se están volviendo frecuentes en nuestro cantón, llueven comentarios en el Facebook del periódico sobre que Coronado no es el mismo, porque la paz y tranquilidad que alguna vez se vivió en esta zona, ahora es asunto del pasado.
Y tienen razón. El hecho de que en quince días, 18 de agosto y 2 de setiembre, hayan asesinado a dos jóvenes en el centro de San Isidro, con una diferencia de 400 metros (por la Farmacia El Pilar y en la Terminal de Buses) pone en evidencia el peligro de andar por nuestras calles, aunque en honor a la verdad, dentro o fuera de nuestro cantón, en este país ahora es peligroso andar por cualquier parte y principalmente cuando hay ya un récord de asesinatos en este 2023.
Ahora bien, por dicha en los casos presentados en nuestro cantón, ninguna bala perdida en ambos tiroteos provocó un daño paralelo, en que fuese perjudicada una persona, niño, mujer, adulto mayor inocente y ajeno a la situación.
El resumen de los comentarios es que da miedo andar por Coronado, porque no se sabe cuándo te verás envuelto en un escenario de violencia como estos.
¿Y qué se puede hacer en un país que pareciese está podrido, como el nuestro? Llenar de policías las calles o hacer largas y minuciosas investigaciones para que después un juez, por motivos que nunca hemos entendido ni entenderemos, devuelva a los delincuentes a la calle. Qué bueno sería hacer una investigación de cuántas personas que fueron atrapadas y una y otra vez liberadas por los jueces de este país, al final acabaron asesinando a una persona que tal vez estaría viva, si al tipo lo hubiesen encerrado a tiempo. Hay mucha sangre que ha manchado las manos de jueces que no tomaron buenas decisiones.
Por otro lado, de qué sirve llenar la calle de policías si tienen que enfrentar a los delincuentes con sus pistolitas cuando los otros usan ametralladoras o armas más letales y de mayor poder. No se trata de defender a los policías, que de una u otra forma, ganen bien o ganen mal, estén bien armados o mal armados, sean muchos o pocos tienen un deber que cumplir, sino señalar que en esta lucha desigual, la delincuencia le está ganando por goleada a la seguridad y por eso nuestro país está a merced de la inseguridad.
¿Por qué no declarar en estado de emergencia la seguridad? Urge la aprobación de leyes inmediatas, no de esas que los diputados tienen que pedirles permiso a los dueños de sus partidos para apoyarlas, y que duran dos o tres años en el congreso, sino las que se toman con la inmediatez que exige la situación.
Nuestra democracia está enferma, porque solo la utilizan para justificar el robar, el choricear, el burlar al fisco, la impunidad y el mentir callando verdades, mientras la mayoría de los costarricenses solo fungimos como meros espectadores de nuestra decadencia.
No dejemos que Coronado se nos vaya de las manos, no dejemos que Costa Rica se nos vaya de las manos, y eso solo se puede lograr cuando aceptemos que de una u otra forma, toda la gente honrada de este país tiene que ser parte de la solución, porque si esperamos que otros lo solucionen por nosotros nos equivocamos, porque muchas veces entre esos otros, muchos están del lado de los malos.